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Vernazza, Eduardo
Painter, drawer, art critic born in Montevideo on 13th October of 1910. Attend to free nude course (sketch) at Fine Arts Circle and at sculpture studio of the Master Severino Pose for few months.
Was autodiact in painting, engrave and drawing. Start like illustrator at "Mundo Uruguayo" Magazine and "El Día" Newspaper in wich maked art critics since several years.
Guest by A.I.C.A. (International Association of Art Critics) at International Art Critic Congress in representation of Uruguayan Section in formation, realized at UNESCO headquarters in Paris (1949).
Make individual exhibitions at: Salón Moretti (1937); Asociación Cristiana de Jóvenes (1938); SODRE "Motivos de Danza", dedicate for dancers Alejandro and Clotilde Sackharoff (1943), later was exhibit at Ateneo of Montevideo; theater prompts at Hall of Solís Theater, belonging to National Play artists (1951); National Fine Arts Contest, (opened his first painting exhibition showing 300 works (oils, watercolors, gouaches, drawings and engraves) (1958); Moretti Gallery: since 1958 exhibit continuously landscapes, ports, dancers and circus series; later drawings with watercolor about same thematical; Modern Painting exhibition (1968) in wich approach dance in his several motif like modern or balet in geometric forms and in color composition; in Punta del Este (1968), landscape series of Maldonado and Punta del Este, at the Local Tourism Committee.
Outside Uruguay, in Insel Gallery of New York (USA), and travelling for several cities of USA. His Theater promts were exhibit in several countries: at Ca-Fóscari Theater of Venice (Italy) and several european theaters, in Santiago de Chile (Chile) exhibited drawings of chilean Ballet.
PRIZES
2nd Prize, Silver Medal, for his ink "Paisaje", at 1st Salón del Litoral de Artes Plásticas de Salto (Uruguay) (1950).
In National Contest: 2nd Prize, Silver Medal, for his drawing "Croquis" (I Contest, 1937); 2nd Prize, Silver Medal, for his ink "Desnudo" (III Contest, 1939); 1st Prize, GOLD MEDAL, for his sepia-drawing "Cuadrilla de obreros" (IV Contest, 1940); Mention, Bronze Medal, for his ink "Paisaje" (Abras de Perdomo) (X Drawing and Engrave Contest, 1947); Intendencia Municipal de Montevideo Prize, Bronze Medal, for his ink "Paisaje" (XII Drawing and Engrave Contest, 1949); ANCAP Prize, Bronze Medal, for his engrave "Bañistas" (XIII Drawing and Engrave Contest, 1950); Intendencia Municipal de Montevideo Mention, Bronze Medal, for his ink "Calle de Maldonado" (XIV Drawing and Engrave Contest, 1951); Intendencia Municipal de Montevideo Prize, Bronze Medal, for his engrave on wood "Entrada al bosque Burnet" (Maldonado) (XV Drawing and Engrave Contest, 1952); 3rd Prize, Bronze Medal, for his ink "La Cantera" (XVII Contest, 1953); Banco de la República Prize, Bronze Medal, for his ink "Calle en invierno" (XVIII Contest, 1954); Banco de la República Prize, Bronze Medal, for his engrave on wood "Bichicome" (XIX Drawing and Engrave Contest, 1955); Prize for unpublished illustrations, Bronze Medal, for his works "Nuevos apuntes teatrales", inks, pencil, drawings (XX Contest, 1956); 1st Prize, GOLD MEDAL, for his watercolor "Pescados" (XXI Contest, 1957); 2nd Prize, Silver Medal, for his ink and watercolor "Paisaje de invierno" (XXIII Contest, 1959); Francisco Bauzer Prize, Bronze Medal, for his watercolor "Naturaleza muerta con pájaros disecados" (XXIV Contest, 1960); Hermes Mugnoni Arias Prize, Bronze Medal, for his oil "Pescados" (XXV Contest, 1961); Rafael Barradas Prize, Bronze Medal, for his oil "Tema de la costa" (XXVII Contest, 1963).
In Municipal Contest, Acquisition Prizes for his ink "Paisaje" (VII Contest, 1946), for his oil "Motivos de puerto" and for his ink "Paisaje" (VIII Contest, 1956).
Published Albums: "50 apuntes teatrales", about famous figures of theater, dancer and concert (1944); "Nuevos apuntes teatrales" about universal famous artists and actors of National Comedy (1955). His Theater prompts as albums as originals are property of famous theater artists, dancers and solists. Important librarys as Europe as USA and other countries count with his albums.
His works are in National and Municipal Fine Arts Museums of Uruguay and in several private collections and Cultural Centers of Uruguay and foreign countries. Two times won 1st. Prize at National Critic Art Contest, published at "El Día" Newspaper.
"Movimientos y ritmos difusos sobre el lienzo", por Alejandro Mendieta Diario "El PaÃs".
Figuras humanas difusas, todas tratando de llegar a un "lugar más alto", pinturas que parecieran intentar salir del cuadro, algunas con colores vivos y fuertes en su presentación que permiten escuchar el ritmo que nace de la armonía de los matices que en ella se presentan.
Todas esas sensaciones se pueden apreciar – disfrutar, realmente – en la exposición del artista uruguayo Eduardo Vernazza que se viene realizando en la Galería Latina en Ciudad Vieja desde el 6 de diciembre y que continuará hasta este sábado.
Desde que uno baja al subsuelo, enormes lienzos en los cuales están retratados los intentos de anónimas personas por llegar a un lugar diferente del que se encuentran dominan el ojo. En cada una de las obras, el artista intenta transmitir la sensación de movimiento de las figuras representadas. Algo que logra con innegable calidad e inteligencia. Mundo de arte abstracto total y "Ritmos", que es como el pintor denomina a este mundo dinámico, de formas difusas en el cual existe un orden dentro del caos y el bullicio que transmiten.
Este dibujante y pintor del movimiento juega con éxito con el erotismo al utilizar cuerpos desnudos, brazos, piernas, nalgas, ojos y manos para expresar el deseo de salida, imponiéndose una figura a la otra para estar lo más delante posible o formar verdaderas pirámides de cuerpos, todos tratando de romper los límites físicos del cuadro para conquistar un mundo que se encuentra "más allá" de lo que se ve.
Artista como pocos
Eduardo Vernazza nació en Montevideo en 1910. A los 18 años se le abrieron dos caminos para su futuro: entrar a un negocio familiar (que le podría generar fortuna a mediano plazo), o ser dibujante del diario "El Día". No vaciló. Al mismo tiempo de formar la planilla del medio periodístico, comenzó a tomar cursos de dibujo con su tío, el artista Marcelino Buscasso. A los 22 años ingresó a estudiar en el Círculo de Bellas Artes.
Entre la década de 1930 y la de 1980 documentó con croquis – que luego transformaría en pinturas – todos los espectáculos nacionales e internacionales que se presentaron en Uruguay. Estamos hablando de artistas como Vivien Leigh, Vittorio Gassman, Marcel Marcel y Margarita Xirgu entre muchos otros.
En 1949 residió en París visitando la ciudad como representante de los Críticos de Arte de Uruguay elegido por la UNESCO y expuso en el Petit Palais. Numerosos viajes por la costa francesa, los Países Bajos y el noroeste de África enriquecieron su arte con nuevas temáticas.
En 1980 adquirieron gran celebridad sus "Candombes", homenaje a esa ancestral cultura, tan colorida como melancólica.
A partir de los años setenta, Vernazza trabajó en lo que llamó "Ritmos" (el estilo de los cuadros que dominan la exposición, junto a los de candombe, flores y representaciones de linyeras y gente socialmente marginada que fueron una parte importante de su obra).
El artista vivió con una crítica que se ha repetido: se mantuvo por fuera de cualquier tema político, pero en sus obras se reflejan con gran efectividad la importancia que tuvo en su vida los problemas y las injusticias sociales.
La belleza de su musa y compañera
A comienzos de los años 40, dibuja a una joven (y muy hermosa) danzarina que produce sus propias coreografías en el Solís. Titula al dibujo "Alada danzarina" y se publica en el suplemento dominical de El Día.
Poco después recibe una llamada de agradecimiento de quién fuera registrada sobre el papel: Daisy Massioti.
Pocos años después (concretamente el 11 de noviembre de 1944) contraen matrimonio y será la destinataria de cada una de las exposiciones del renombrado artista uruguayo. La bailarina se convertiría en su musa inspiradora y llegaría a acompañarlo, durante muchas décadas de los más de 60 años que Vernazza documentó los eventos de mayor prestigio en el Uruguay, sosteniéndole la linterna para iluminarle los dibujos.
Un currículum que impresiona
Varios países y figuras célebres poseen sus obras. Existen en colecciones privadas de Canadá, Estados Unidos, Argentina, Paraguay, Israel, Gran Bretaña, Alemania, Francia, Italia y Holanda. También en el Museo Nacional de Artes Plásticas y Visuales de Montevideo, Museo Municipal de Bellas Artes Juan Manuel Blanes, Teatro Stabile di Torino (Italia), Ca Foscari de Venecia, New York Repertory Theater, Museo de Ballet Chileno Uthoff, Ballet de Catherine Duhan (EE.UU.), Ballet de Monte Carlo, Asociación de Artistas Universales (EE.UU.), colección privada Vivien Leigh, colección privada Bristol Old Vic, colección privada Vittorio Gassman, colección privada Marcel Marceau.
Alejandro Mendieta (15/12/05)
Movimientos y ritmos difusos sobre el lienzo | |
Por Alejandro Mendieta, de El País Digital
Figuras humanas difusas, todas tratando de llegar a un "lugar más alto", pinturas que parecieran intentar salir del cuadro, algunas con colores vivos y fuertes en su presentación que permiten escuchar el ritmo que nace de la armonía de los matices que en ella se presentan.
Todas esas sensaciones se pueden apreciar – disfrutar, realmente – en la exposición del artista uruguayo Eduardo Vernazza que se viene realizando en la Galería Latina en Ciudad Vieja desde el 6 de diciembre y que continuará hasta este sábado.
Desde que uno baja al subsuelo, enormes lienzos en los cuales están retratados los intentos de anónimas personas por llegar a un lugar diferente del que se encuentran dominan el ojo. En cada una de las obras, el artista intenta transmitir la sensación de movimiento de las figuras representadas. Algo que logra con innegable calidad e inteligencia. Mundo de arte abstracto total y "Ritmos", que es como el pintor denomina a este mundo dinámico, de formas difusas en el cual existe un orden dentro del caos y el bullicio que transmiten.
Este dibujante y pintor del movimiento juega con éxito con el erotismo al utilizar cuerpos desnudos, brazos, piernas, nalgas, ojos y manos para expresar el deseo de salida, imponiéndose una figura a la otra para estar lo más delante posible o formar verdaderas pirámides de cuerpos, todos tratando de romper los límites físicos del cuadro para conquistar un mundo que se encuentra "más allá" de lo que se ve.
Artista como pocos
Eduardo Vernazza nació en Montevideo en 1910. A los 18 años se le abrieron dos caminos para su futuro: entrar a un negocio familiar (que le podría generar fortuna a mediano plazo), o ser dibujante del diario "El Día". No vaciló. Al mismo tiempo de formar la planilla del medio periodístico, comenzó a tomar cursos de dibujo con su tío, el artista Marcelino Buscasso. A los 22 años ingresó a estudiar en el Círculo de Bellas Artes.
Entre la década de 1930 y la de 1980 documentó con croquis – que luego transformaría en pinturas – todos los espectáculos nacionales e internacionales que se presentaron en Uruguay. Estamos hablando de artistas como Vivien Leigh, Vittorio Gassman, Marcel Marcel y Margarita Xirgu entre muchos otros.
En 1949 residió en París visitando la ciudad como representante de los Críticos de Arte de Uruguay elegido por la UNESCO y expuso en el Petit Palais. Numerosos viajes por la costa francesa, los Países Bajos y el noroeste de África enriquecieron su arte con nuevas temáticas.
En 1980 adquirieron gran celebridad sus "Candombes", homenaje a esa ancestral cultura, tan colorida como melancólica.
A partir de los años setenta, Vernazza trabajó en lo que llamó "Ritmos" (el estilo de los cuadros que dominan la exposición, junto a los de candombe, flores y representaciones de linyeras y gente socialmente marginada que fueron una parte importante de su obra).
El artista vivió con una crítica que se ha repetido: se mantuvo por fuera de cualquier tema político, pero en sus obras se reflejan con gran efectividad la importancia que tuvo en su vida los problemas y las injusticias sociales.
La belleza de su musa y compañera
A comienzos de los años 40, dibuja a una joven (y muy hermosa) danzarina que produce sus propias coreografías en el Solís. Titula al dibujo "Alada danzarina" y se publica en el suplemento dominical de El Día.
Poco después recibe una llamada de agradecimiento de quién fuera registrada sobre el papel: Daisy Massioti.
Pocos años después (concretamente el 11 de noviembre de 1944) contraen matrimonio y será la destinataria de cada una de las exposiciones del renombrado artista uruguayo. La bailarina se convertiría en su musa inspiradora y llegaría a acompañarlo, durante muchas décadas de los más de 60 años que Vernazza documentó los eventos de mayor prestigio en el Uruguay, sosteniéndole la linterna para iluminarle los dibujos.
Un currículum que impresiona
Varios países y figuras célebres poseen sus obras. Existen en colecciones privadas de Canadá, Estados Unidos, Argentina, Paraguay, Israel, Gran Bretaña, Alemania, Francia, Italia y Holanda. También en el Museo Nacional de Artes Plásticas y Visuales de Montevideo, Museo Municipal de Bellas Artes Juan Manuel Blanes, Teatro Stabile di Torino (Italia), Ca Foscari de Venecia, New York Repertory Theater, Museo de Ballet Chileno Uthoff, Ballet de Catherine Duhan (EE.UU.), Ballet de Monte Carlo, Asociación de Artistas Universales (EE.UU.), colección privada Vivien Leigh, colección privada Bristol Old Vic, colección privada Vittorio Gassman, colección privada Marcel Marceau.
Sus obras han sido también reproducidas por Ediciones Sipario (Italia) y Enciclopedia Labora (Barcelona), etc.
Apoyan la exposición, Universidad ORT Uruguay y el Círculo de Bellas Artes.
Sus obras han sido también reproducidas por Ediciones Sipario (Italia) y Enciclopedia Labora (Barcelona), etc.
Apoyan la exposición, Universidad ORT Uruguay y el Círculo de Bellas Artes.
"El Hombre que Materna", por Hilia Moreira.
La Universidad ORT Uruguay dedicó su almanaque del 2000 a homenajear los dibujos de Eduardo Vernazza (1910-1991). De este modo, se rinde tributo a los noventa años del nacimiento y a los diez años de la partida de este maestro de la gracia. En Punta del Este, además, puede apreciarse durante toda la temporada de verano una retrospectiva de su obra, que originalmente se inauguró en Montevideo a fines del 2000.
Por Hilia Moreira
Los dibujos de Eduardo Vernazza eluden constantemente la posibilidad de decir aquello de lo que se habla: ¿Un amante? ¿Un hombre que se abriga? ¿Un hombre que se niega a mirar? ¿Un observador que observa qué? Un risueño cuyo objeto de risa es un misterio...
El dibujo es enigmático y acaso no estemos trabajando con ningún dibujo, porque lo nodal es aquello a lo que el dibujo apunta y que está fuera de la hoja, aquello que la figura envuelve: un vacío. De ese modo, el dibujo deja indefinido lo que quiere representar. Los trazos se despliegan para entregarse a nuestra imaginación. En la concepción vital que trasmite el trabajo de Vernazza, la sed de conocimiento deja de ser codicia, apropiación, utilización, para volverse camino sin meta, infinita combinación de formas y espacios blancos o no representados.
EL VACIO
De modo transcultural, se considera que el universo está conformado por cuatro elementos: agua, aire, fuego y tierra. Los japoneses agregan un quinto elemento: el vacío. La noción de vacío, en absoluto relacionada con la de nada, remite a la más alta plenitud. Los dibujos de Vernazza, abrazando, señalando, acunando, arrullando, se asen en un asirse que es, en sí, invisible y que se extiende hacia el vacío. Según el filósofo Martin Heidegger, "El vacío es la más alta palabra para designar al ser". Orientados al vacío, apuntándolo, abrazándolo, rehusan toda explicación. Acaso admitan un comentario, una nota. Pero, en lo profundo, permanecen inexplicables. Una mano que reposa en alguien. Una mano en la cual hay un contacto concentrado, que permanece infinitamente remoto del toque propiamente dicho. Una mano que surge de un llamado desde lejos y que llama, a su vez, a lo lejos. El trabajo con el vacío exige excepcional concentración. El gesto subsiste, menos en el trazo visible o en la estructura corporal. En los dibujos de Vernazza, la palabra gesto alude a lo que podemos pensar o soñar, eludiendo toda concreción. No es cuerpo, es movimiento. El gesto es lo que guarda un llevar. El movimiento no es algo que pueda verse o rozarse sobre la superficie del papel. Es algo que pasa, que no se da a la vista. Y en ese movimiento hay un encubrir. Hay un juego con las posibilidades infinitas. Hay renuncia a las ofertas del mundo de lo uno, de lo dado. Los dibujos de Vernazza aprehenden el ser posible de lo que es.
LA MATERNACION
El deseo de maternar, violentamente sepultado en las sociedades patriarcales, ha logrado ver la luz a través de sus mitos y leyendas. Así, en la vida de Zeus, el autoritario padre de los dioses griegos, la maternidad se abre camino por dos veces. En una ocasión, el Olímpico da a luz, a través de la cabeza, a su hija Atenea, la Sabiduría. En otra, gesta en uno de sus muslos a Dionisos, dios de la embriaguez sagrada, que lleva al profundo conocimiento. Sin embargo, las sociedades de predominio masculino han mutilado al varón de su impulso por cuidar y arrullar. Sólo hoy, lentamente, se está liberando la mujer tierna que yace en las honduras masculinas.
En Vernazza hay una captación del costado femenino que dormita en cada varón y que no se opone a su heterosexualidad. Al contrario, la complementa. Los dibujos de Vernazza muestran esta condición animal y humana de comprender, curar, acariciar. En sus trazos, la paternación no es el ejercicio de la ley sino el deleite de la "jorá", ese espacio del que habla Sócrates en el "Timeo" y en el "Teeteto". Y que recupera Julia Kristeva a partir de "Revolución del lenguaje poético"(1974). Un espacio de roce, balbuceo, olvido de todo menos lo que es goce triunfante.
Los dibujos de Vernazza sugieren una nueva noción de padre. Un padre que no sólo enseña lo que tradicionalmente se espera de él: fuerza y firmeza. Esas cualidades son insuficientes para hacer un humano pleno, capaz de amar y hacerse amar, de asumir sus responsabilidades a fondo y, simultáneamente, disfrutar de su vida afectiva. Para que surja un humano completo, es necesario que el compañero paterno no reprima su sensibilidad. Para un buen paternaje no basta alimentar y educar al hijo. No basta inculcarle principios de resistencia y coraje. También hay que abrirle los caminos hacia la imaginación creadora y la ternura profunda. Así, como proceso educativo y afectivo, el paternaje sólo termina con la muerte de los hijos. Y si esos hijos se propagan bajo cualquier forma de fecundidad (hijos, descubrimientos, libros, películas), continúa de generación en generación. Tal como continuará, de generación en generación, la gracia de estos dibujos.