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Gurvich, José
Nace el 5 de enero de 1927 en la aldea de Jieznas (Yezna o Yezne en Yiddish) del distrito de Tarkai en Lituania.
Sus padres, Jacobo Gurvich y Jaie Galperas, vivían humildemente en ese pequeño pueblo lituano. Lituania, en ese momento, era un país del noreste de Europa en plena crisis económica, social y política, pues corrían los albores de la Segunda Guerra Mundial. Los recuerdos de su país de origen son vagos, pero Gurvich los registra en sus escritos y aparecen sus cuadros e incluso varios cuadros basados en fotos de la familia en Lituania.
El 30 de mayo de 1928, nace su única hermana Myriam.
En 1931 Jacobo Gurvich decide emigrar a Uruguay junto a unos amigos. La razón es similar a la de millones de europeos que buscan un mundo más próspero y con menos persecuciones religiosas.
En 1932 manda a buscar a su esposa e hijos, quienes llegan a Montevideo (Uruguay) a fines de 1932. Se instalan en el barrio Sur, donde se encuentra una gran concentración de inmigrantes judíos, casi todos viviendo en condiciones muy simples. Jacobo trabaja como peluquero, llegando a tener varias peluquerías propias.
Primero vivieron en un pequeño estudio de dos piezas en la calle Julio Herrera y Obes, y luego se mudan a la calle Isla de Flores y Río Branco (Montevideo, Uruguay).
Ya en 1933, para José Gurvich, la asimilación a su país adoptivo es muy rápida. Es inscripto en la Escuela Chile, de la que siempre tuvo hermosos recuerdos: sus maestros, sus amigos (como Basilio Bernat y Martín Muller), sus cuadernos, sus dibujos escolares. Fue en la Escuela Chile donde, debido a la dificultad del padre de explicar por qué su apellido era Gurvich y el de su hijo Gurvicius, se le inscribe con el nombre José Gurvich, en vez de Zusmanas Gurvicius (su nombre legal lituano). Ya muestra su temprana vocación por el dibujo. Dibuja para sus cuadernos, para los de su hermana y para los de las amigas de su hermana.
Terminada la escuela, en 1940, las necesidades de la familia lo llevan a trabajar en la fábrica Montag, de impermeables y artículos de goma.
Hace esculturas y relieves en yeso, con el consiguiente disgusto de la madre, pues ensucia con polvo las dos únicas piezas que habitaba la familia, en la vieja casona del barrio Sur. Su asimilación es total, él quiere a su país de adopción como al suyo propio; aquí nace su "mundo", manteniendo compartimentados la realidad de la sociedad en la cual está inmerso y el microcosmos familiar, que representa una larga tradición judía.
En 1942 comienza a estudiar pintura en la Escuela Nacional de Bellas Artes, bajo la dirección de José Cúneo.
Estudia música y violín durante 1943 con el profesor Julber. Conoce a Horacio Torres (hijo de Joaquín Torres García), quien también toma clases de violín. Será como consecuencia de estas clases de violín que el desarrollo de su vida dará un golpe de timón.
En 1944, Julber le consigue una entrevista con don Joaquín Torres García. De esta entrevista se fortificará y encaminará su vocación. Su entrega al mundo de las formas y los colores fue total. Tiene que elegir entre la música y la plástica. La adolescencia está marcada por la rutina y la disciplina del horario de trabajo de la fábrica, que mantiene por muchos años a pesar de estudiar violín, pintar y asistir a las interminables discusiones en el Café Sorocabana (Montevideo, Uruguay).
El cumplimiento de una jornada de ocho horas se trasladará, años después, al mundo de la pintura. Él siempre se consideró "un obrero del arte".
El maestro Torres García lo invita a incorporarse al núcleo del Taller a partir de 1945, y este hecho tendrá una significativa y extraordinaria importancia en su vida. Desde ese entonces hasta el cierre oficial del Taller Torres García, Gurvich participará en todas sus actividades: publicaciones, exposiciones, murales, enseñanza, etc.
En enero de este mismo año, participa en la 20ª Exposición del Taller Torres García, en la Federación Sudamericana de Asociaciones Cristianas de Jóvenes, en Piriápolis (Uruguay).
El 25 de enero, aparece el primer número de la revista Removedor, que servirá como órgano de difusión de las ideas del Taller Torres García, y será una de las publicaciones más importantes de promoción del arte moderno en Latinoamérica. Sus veintitrés números aparecerán cada dos meses hasta mayo de 1950 y julio-agosto de 1953 (con ilustración realizada por Gurvich en la portada).
El 2 de octubre, participa en la 23ª Exposición del Taller Torres García, en su nuevo salón y en la 24ª Exposición del Taller Torres García en el Liceo Departamental de Artigas, organizada por la Intendencia Municipal de Artigas (Uruguay). El 6 de noviembre, participa en la 25ª Exposición del Taller Torres García en el Salón permanente del Taller Torres García, en la Librería Salamanca de Montevideo (Uruguay).
En marzo de 1946, participa de la 27ª Exposición del Taller Torres García, en la Librería El Yelmo de Mambrino de Punta del Este (Uruguay). En mayo, participa en el Salón de Otoño de la Intendencia Municipal de Montevideo (Uruguay). El 15 de junio, aparece el libro Nueva Escuela de Arte del Uruguay, con un resumen de las actividades del Taller Torres García y con fotografías de sus obras, que incluían cerámicas, tapices, juguetes, murales y cuadros.
El 1º de julio, participa en la 28ª Exposición del Taller Torres García, en la Comisión Municipal de Cultura de Minas (Uruguay). Al mismo tiempo, participa en la 29ª Exposición del Taller Torres García en la Asociación Cristiana de Jóvenes de Montevideo (Uruguay). El 21 de setiembre, participa en la 34ª Exposición del Taller Torres García en el Club Social y Biblioteca Popular de Artigas (Uruguay) y el 28 de noviembre, participa en la 35ª Exposición del Taller Torres García "Pintura y Arte Nuevo del Uruguay", en el Ateneo de Montevideo; también realiza su primera exposición individual en la ciudad de Melo (Uruguay).
El 28 de julio de 1948, participa en la 45ª Exposición del Taller Torres García, en el Ateneo de Montevideo (Uruguay). Participa en una exposición colectiva "Artes Plásticas", organizada por el teatro El Galpón de Montevideo. Su hermana Myriam emigra a Israel con otros miembros de la Hatzomer Hatzair, para fundar el kibutz Ramont Menasche cerca de Haifa (Israel).
El 8 de agosto de 1949, Joaquín Torres García fallece en Montevideo a la edad de 75 años. El 11 de octubre, Gurvich participa en la 49ª
Exposición del Taller Torres García en homenaje al Maestro en el Ateneo de Montevideo (Uruguay).
El 2 de febrero de 1950, participa en la Exposición "Torres García and his Workshop", en la Pan American Union de la OEA en Washington D.C. (USA). El 12 de junio, participa en la 51ª Exposición del Taller Torres García en el Ateneo de Montevideo (Uruguay); el 28 de julio, participa en la 52ª Exposición del Taller Torres García "Pintura y Arte Constructivo" en el Ateneo de Montevideo y el 8 de noviembre, participa en la 53ª Exposición del Taller Torres García en el Ateneo de Montevideo.
El 20 de marzo de 1951, Participa en la 54ª Exposición del Taller Torres García en la Liga de Fomento de Punta del Este (Uruguay); en agosto en la 55ª Exposición del Taller Torres García en la Universidad de Chile (Santiago de Chile, Chile); el 2 de octubre en la 56ª Exposición del Taller Torres García en Amigos del Arte de Montevideo (Uruguay) y en diciembre, toma el lugar de Julio Uruguay Alpuy (quien viaja a Medio Oriente y Europa con Gonzalo Fonseca), como docente del Taller Torres García, hasta el regreso de Alpuy en 1953. Se muda a la pieza-taller de Fonseca cerca del puerto de Montevideo, en la calle 25 de Agosto, mientras Fonseca está de viaje. Allí trabaja intensamente hasta 1954, cuando viaja a Europa e Israel.
El 30 de junio de 1952, el Taller Torres García publica un cuaderno con treinta reproducciones de dibujos constructivos en una edición limitada de 400 ejemplares. El 19 de agosto, participa en la 59ª Exposición del Taller Torres García en el Ateneo de Montevideo; el 7 de setiembre el Cine Central de Montevideo realiza una función a beneficio del Taller Torres García para recaudar fondos; el 22 de noviembre participa en la 61ª Exposición del Taller Torres García en el Club de Tacuarembó (Uruguay) y en el Club Municipal de Arte y Cultura de Montevideo. En noviembre participa de la 62ª Exposición del Taller Torres García en el Ateneo de Montevideo y realiza un mural (que ha sido destruido) en el Bar El Temerario de la Ciudad Vieja junto a Fonseca y Alpuy (Uruguay).
En marzo de 1953, comienza a participar en las ilustraciones de los programas de Cine Club junto a otros integrantes del Taller Torres García hasta 1957. También realiza escenografías para diferentes teatros: Teatro del Pueblo, Club del Teatro, El Galpón, El Tinglado, La Máscara, (Los intereses creados, Minnie la Cándida), también para la Hashomer Hatzair de Montevideo y para el ballet del Sodre. Se vincula así con el mundo del teatro y del cine. Constituye junto con otros pintores, escritores y periodistas, un grupo que se llama "Artes y Letras" que tiene como finalidad efectuar un viaje de estudios a Europa.
El 20 de octubre, participa en la 66ª y 67ª Exposiciones del Taller Torres García en el Ateneo de Montevideo.
Viaja en 1954 a Europa con Manuel Aguiar y Antonio Pezzino. En Europa se encuentra con otros integrantes del Taller Torres García como Horacio Torres, visitando museos de España, Francia e Italia. En Madrid (España) se vincula con artistas latinoamericanos y traba amistad con el crítico Moreno Galván.
El 1º de junio de 1955, realiza una exposición en galería San Marcos de Roma (Italia). Es invitado por el kibutz Ramot Menasche (donde reside su hermana) a realizar un mural para el comedor público. Se instala en el kibutz y se incorpora a su vida cotidiana. Allí va a revitalizar el mundo de las tradiciones religiosas de sus ancestros (con el que su madre lo había mantenido en contacto) y también se va a encontrar inmerso, como protagonista del afán constructor, de esa eclosión que fue el naciente Estado Judío. Su trabajo en el kibutz era el de pastor (que en hebreo es Roe o "el que mira"). Por supuesto que pinta todo el mundo y la realidad que lo rodea.
El 19 de abril de 1956 realiza una exposición en la galería Katz de Tel Aviv (Israel). Vuelve a Europa, y en España se dedica a estudiar a los maestros españoles Goya y Velázquez; pero sus inclinaciones lo arrastran, y el contacto con El Bosco y Pieter Brueghel lo deslumbra. En junio participa de la 99ª Exposición del Taller Torres García en el Ministerio de Instrucción Pública y Previsión Social, en el Salón Nacional de Bellas Artes de Montevideo. El 28 de agosto participa en la 100ª Exposición del Taller Torres García en el Subte Municipal de Montevideo. El 21 de diciembre participa en la exposición "Jonge Schilders uit Uruguay", en el Stedelijk Museum de Amsterdam (Holanda), con muy buena acogida por parte de la prensa holandesa. En diciembre vuelve a Montevideo y casa de sus padres, continuando su vida junto al Taller Torres García dando clases de pintura.
En 1957, Gurvich sustituye a Julio Alpuy (debido a que Alpuy se radica en Colombia) como profesor del Taller Torres García. Durante ese período en el que enseña en el Taller, estudian entre otros: Pepe Montes, Guillermo Fernández, Yuyo Goitiño, Sara Capurro y Eva Díaz Yepes. Se muda a la casa de Fonseca, en el Cerro en la calle Polonia 3166 (Montevideo) cuando Fonseca se va de Uruguay. El 26 de diciembre participa en la 109ª Exposición del Taller Torres García en el Ateneo de Montevideo.
En setiembre de 1958, realiza una exposición individual en la galería Arte Bella de Montevideo y en octubre el Taller Torres García publica su primer número de la revista La Escuela del Sur.
Realiza una exposición en "Amigos del Arte" de Montevideo y el Taller Torres García publica su segundo número de la revista La Escuela del Sur, en el año 1959.
En febrero de 1960 participa de la exposición del Taller Torres García en la Comisión Nacional de Bellas Artes en Punta del Este (Uruguay). En marzo participaba en la 125ª Exposiciones del Taller Torres García en la Comisión Municipal de Cultura y en la galería Laurenzo de Paysandú (Uruguay).
El 18 de agosto se casa con Julia Helena Añorga.
El 1º de diciembre, participa en la 136ª Exposición del Taller Torres García en la galería Americana de Montevideo y el 12 de diciembre, participa en la exposición "The New School presents: Taller Torres García" en la New School Arts Center de New York (USA). Es invitado por la Universidad de Chile a participar en la exposición "Arte y Espacio" en Santiago de Chile (Chile).
En enero del 61, el Taller Torres García publica el tercer y último número de la revista La Escuela del Sur (con reproducción de una madera de
Gurvich en la portada).
En julio participa de la 143ª Exposición del Taller Torres García en la Comisión Nacional de Bellas Artes de Montevideo. En agosto, participa en la exposición "Premio Blanes", organizada por el Banco de la República Oriental del Uruguay en Montevideo. En diciembre participa en la exposición del Museo de Amsterdam (Holanda), que viaja a Baden-Baden (Alemania) y al Staatlich Kunsthalle (Alemania).
En 1962, realiza varios murales: uno para la Caja de Pensiones del Frigorífico del Cerro, por encargo del arquitecto Vaia (este mural, que tiene 17 mts. de largo, ha sido restaurado por el señor Barra, con materiales suministrados por la señora Julia Añorga de Gurvich y el ingeniero Eduardo Irisarri; actualmente se encuentra en perfecto estado y está montado en las oficinas del BPS en la Plaza Matriz (Montevideo); otro en la casa de Mailhos en Punta del Este, actualmente rescatado por la familia Gurvich; otro en el edificio Reims de la calle Sarmiento (diseñado por el arquitecto Luis San Vicente), rematado en Castells y Castells el 11 de junio de 1997 por la familia Gurvich: otros de la pirmera casa-taller del Cerro, recuperados por la familia Gurvich y el Ing. Eduardo Irisarri.
Participa en la exposición "Salón de Arte", organizada por General Electric de Montevideo (Uruguay).
En abril, el cierre del Taller Torres García es anunciado en un artículo publicado por el diario El País (Montevideo, Uruguay). En diciembre, su madre viaja a Israel a visitar a su hija y decide instalarse allí.
El 25 de enero de 1963, nace su hijo Martín José. El 28 de julio participa en la exposición "Homenaje a Torres García". En octubre el padre emigra a Israel a vivir en el kibutz Ramot Menasche junto a su esposa e hija.
José Gurvich se muda a su casa del Cerro, transformada en vivienda y dos talleres, uno de cerámicas y otro de pintura, situados a pocos metros de su precaria casa de la calle Polonia. Al Cerro asisten muchos artistas jóvenes a tomar lecciones con el artista, formándose el Taller Montevideo. Algunos de los artistas que estudiaron con Gurvich son: Eva Olivetti, Celeste Núñez, Blanca Minelli, Gloria Franchi, Clara Scremini, Dorita Mandirola, Linda Kohen, Lilián Lipschitz, Frida Silverman, Adolfo Nigro, Jorge Nigro, Ernesto Vila, Ernesto Drangosh, Rafael Lorente, José Cavo, Gorka Bolar, Héctor Vilche, Armando Bergallo, etc.
En mayo del 64, participa en el Salón organizado por la Comisión Nacional de Bellas Artes. Viaja por segunda vez a Europa e Israel, en esta oportunidad con su esposa e hijo. En Europa visitan Francia (Le Havre, París, Marsella) y luego siguen a Israel. Allí residen en el kibutz Ramot Menasche, donde Gurvich pinta y trabaja como pastor de ovejas.
El 1º de mayo de 1965 realiza su segunda exposición en la galería Katz de Tel Aviv (Israel). Viaja a Grecia donde reside tres meses. Visita luego Roma (Italia) y Nápoles (Italia). A fines de ese año vuelve a Montevideo (Uruguay).
El 28 de octubre de 1966 participa en la exposición "Nuevo Arte del Uruguay", organizada por la Uruguayan American School de Montevideo (Uruguay).
En mayo del 67, realiza una exposición individual en la Comisión Nacional de Bellas Artes, con más de 200 obras (pinturas, dibujos y cerámicas). Dicha muestra tiene gran acogida del público y de la prensa. Participa en la exposición "One Hundred Years of Uruguayan Painting" en la Corcoran Gallery de New York (USA).
En el año 1968, realiza una exposición individual en la Embajada de Estados Unidos de América en Montevideo. Participa en una exposición colectiva organizada por la Comisión Nacional de Bellas Artes.
El 24 de abril de 1969 participa en la Exposición-Homenaje a Joaquín Torres García organizada por el Departamento Cultural del Banco La Caja Obrera en Montevideo.
El 22 de noviembre viaja por tercera vez a Europa e Israel con su familia visitando: Madrid y Barcelona (España), París (Francia), Grecia e Israel.
En diciembre participa en la exposición "Homenaje de la ciudad de Montevideo al Maestro Joaquín Torres García", en el Salón de Exposiciones de la Intendencia Municipal de Montevideo.
El 4 de abril de 1970 fallece el padre, Jacobo Gurvich, en sus brazos en camino al hospital de un infarto. En mayo participa en la exposición "Universalismo Constructivo", organizada por el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires (Argentina). El 18 de julio, realiza su tercera exposición en galería Katz de Tel Aviv (Israel) con gran acogida del público. El 18 de setiembre llega a New York (USA), donde se queda por unos meses con familiares de origen lituanos (sobrevivientes de los campos de concentración). Poco tiempo después, se integra al grupo de artistas del Taller Torres García y latinoamericanos que residen en New York entre otros: Julio Uruguay Alpuy, Gonzalo Fonseca, Horacio Torres, Marcelo Bonevardi, Abularach, Elba Damast, etc. Allí trabaja en un pequeño taller, en el subsuelo del apartamento donde vive con su esposa e hijo.
En 1971 participa en las exposiciones colectivas: "Select Works from Latin America", en la Greenwich Library de New York (USA), en la Couturier Gallery de Stanford en Connecticut (USA).
Y en 1972, en las exposiciones colectivas: "Feria de la Opinión Latinoamericana", en la San Clemente Church de New York (USA), en la Iramar Gallery de la Universidad de Columbia de New York (USA). En junio realiza una exposición en la galería Lerner-Misrachi de New York (USA), con favorable acogida del público y la prensa. Participa en la Tercera Bienal de Coltejer en Medellín (Colombia).
El 24 de diciembre fallece la madre, Jaie, luego de una larga enfermedad.
En 1973 es invitado por el Museo Judío de New York (USA) a realizar una muestra retrospectiva.
El 2 de febrero de 1974, participa en la exposición "Sculpture by Painters", en el Humanist Center de New York (USA). El 27 de abril, participa en la exposición "Masters of Today and Tomorrow", en el Temple Israel de Great Neck de New York (USA).
El 24 de junio, en un atardecer gris y tormentoso, su vida se extingue súbitamente, a los 47 años, de una oclusión coronaria.
Tiene tantas cosas entre manos, tantos hilos tendidos, tantos cuadros sin terminar. Curiosamente, su vida se extingue mientras pintaba una fiesta judía, Sucot o la Cosecha. Significativo, ¿no es cierto?
Exposiciones Individuales:
1946- Ciudad de Melo (Uruguay).
1955- Galería San Marcos (Roma, Italia).
1956- Galería Katz (Tel Aviv, Israel).
1958- Galería Arte Bella (Montevideo, Uruguay).
1965- Galería Katz (Tel Aviv, Israel).
1967- Comisión Nacional de Bellas Artes (Montevideo, Uruguay).
1968- Embajada de los Estados Unidos de América en Montevideo (Uruguay).
1970- Galería Katz (Tel Aviv, Israel).
1972- Lerner-Misrachi Gallery (New York, USA).
1977- Galería El Mensaje (Buenos Aires, Argentina).
1978- Galería Faunas (Madrid, España).
1980- Galería Río de la Plata (Montevideo, Uruguay).
1980- Casa de Nuna (Salto, Uruguay).
1982- Museo de San José (Uruguay).
1984- Galería El Malecón (Punta del Este, Uruguay).
1985- Museo de la Universidad de Haifa (Israel).
1987- Galería Sur (Punta del Este, Uruguay).
1993- Galería Julia Lublín (Buenos Aires, Argentina).
1994- Galería Cecilia Buzio de Torres (New York, USA).
1995- Galería de la Matriz (Punta del Este, Uruguay).
1997- Museo Nacional de Artes Visuales (Montevideo, Uruguay).
1997- Galería Ruben Forni (Bruselas, Bélgica).
1997- Centro Cultural Borges (Buenos Aires, Argentina).
1998- Galería Mireille Batut d' Haussy (París, Francia).
1998- Galería Palatina (Buenos Aires, Argentina).
1998- Museo Torres García (Montevideo, Uruguay).
1998- Quinta Galería (Bogotá, Colombia).
1998- Museo de Arte Virtual "El País" (Montevideo, Uruguay).
1998- Mural Constructivo del BPS (Montevideo, Uruguay).
1999- Casa de la Cultura (Maldonado, Uruguay).
1999- Fundación Buquebus (Montevideo, Uruguay).
1999- Centro Cultural Borges (Buenos Aires, Argentina).
2000- Galería Guillermo de Osma (Madrid, España).
2000- Memorial Latinoamericano (Sao Paulo, Brasil).
2000- Sala Dalmau (Barcelona, España).
2000- Museo José Luis Cuevas (México D.F., México).
2000- Galería Cecilia Buzio de Torres (New York, USA).
2000- Museum of Latin American Art (Long Beach, USA).
2000- Skirball Cultural Center of Los Angeles (California, USA).
2000- Galería Palatina (Buenos Aires, Argentina).
2002- Galería Tejería Loppacher (Punta del Este, Uruguay).
2003- Museo Nacional de Bellas Artes (Santiago de Chile, Chile).
2003- Galería Isabel Aninat (Santiago de Chile, Chile).
2003- Feria Arteba (Buenos Aires, Argentina).
2003- Centro Municipal de Exposiciones (Montevideo, Uruguay).
2003- Museo Torres García (Montevideo, Uruguay).
2003- Museo Zorrilla (Montevideo, Uruguay).
2005- "Constructive Imagination" en The America Society (New York, USA).
2006- "Naturalezas Muertas" y "Retratos" en el Museo Gurvich (Montevideo, Uruguay).
2007- "José Gurvich: New York" en el Museo Gurvich (Montevideo, Uruguay.
Exposiciones Colectivas:
1945-1962- Participa en casi todas las exposiciones del Taller Torres García.
1946- VII Salón de Otoño en el Salón Municipal de Montevideo (Uruguay).
1947- Museo Juan Manuel Blanes (Montevideo, Uruguay).
1948- "Artes Plásticas" en el Teatro El Galpón (Montevideo, Uruguay).
1950- "Torres García and his Workshop" en la Pan American Union de la O.E.A. (Washington D.C., USA).
1956- "Jonge Schilders uit Uruguay" en el Stedelijke Museum (Amsterdam, Holanda).
1960- "The New School Presents: Taller Torres García" en la New School Art Center de New York (USA) y "Forma y Espacio" en el Museo de
Arte Contemporáneo de la Universidad de Chile (Santiago de Chile, Chile).
1961- "Premio Blanes" en el Banco de la República Oriental del Uruguay (Montevideo, Uruguay).
1962- "Salón de Arte" en la Sala General Electric (Montevideo, Uruguay).
1963- "Jornadas por el intercambio cultural con Cuba y demás países latinoamericanos" en la Casa de la Cultura de Artigas-Martí (Montevideo, Uruguay).
1964- "Salón de la Comisión Nacional de Bellas Artes" (Montevideo, Uruguay).
1966- "Nuevo Arte del Uruguay" en la Uruguayan-American School (Montevideo, Uruguay).
1967- "100 Yearsl of Uruguayan Painting" en la Corcoran Gallery (Washington D.C., USA).
1968- "Comisión Nacional de Artes Plásticas del Uruguay" (Montevideo, Uruguay).
1969- "Homenaje a Joaquín Torres García en La Caja Obrera" (Montevideo, Uruguay).
1970- "Universalismo Constructivo" en el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires (Argentina) y "4 Artistas Uruguayos" en el Museo del Neguev (Israel).
1971- "Select Works from Latin America" en la Greenwich Library (New York, USA).
1972- "Feria de la Opinión Latinoamericana" en la San Clemente Church y en la Universidad de Columbia (New York, USA). "Tercera Bienal de Arte Coltejer" (Medellín, Colombia).
1974- "Sculpture by Painters" en el Humanist Center (New York, USA) y "Masters of Today and Tomorrow" en el Temple Israel (Great Neck, USA).
1975- "Jewish Experience in the Art of the Twentieth Century" en el Museo Judío (New York, USA).
1983- "Uruguay 6 Artistas Plásticos" en el Museo de Arte Moderno (Buenos Aires, Argentina) y "Torres García and his Disciples" en Kouros Gallery (New York, USA).
1988- "Arte del uruguay del siglo XX" en la Tretiakov Gallery (Moscú, Rusia).
1989- "Arte del Uruguay del siglo XX" en el Instituto Italo-Latinoamericano (Roma, Italia) y "Different Voices. Artists from Uruguay in Washington Collections" en el Museo de las Américas de la O.E.A. (Washington D.C., USA).
1990- "12 Latin American Artists in Israel" en el Municipio de Kiryat Yam (Haifa, Israel) y "Chagall a Kitaj" en la Barbican Art Gallery (Londres, Inglaterra).
1991- "La Escuela del Sur: El Taller Torres García y su Legado" en el Museo de Arte Reina Sofía (Madrid, España) y "The School of the South: The Taller Torres García and its Legacy" en la Archer M. Huntington Art Gallery de la Universidad de Texas (Austin, USA).
1992- "La Escuela del Sur: El Taller Torres García y su Legado" en el Museo de Arte de Monterrey (Monterrey, México); "The School of the South: The Taller Torres García and its Legacy" en el Bronx Museum of the Arts (New York, USA); "El Taller Torres García" galería Sur (Punta del Este, Uruguay) y "From Torres to Soto" en el Museo de las Américas de la O.E.A. (Washington D.C., USA).
1993- "La Escuela del Sur: El Taller Torres García y su Legado" en el Museo Rufino Tamayo (México D.F., México) y "Exposición de Arte Cristiano" en el Cabildo (Montevideo, Uruguay).
1994- "Taller Torres García" en la galería Swiss Bank Corporation (Punta del Este, Uruguay).
1995- "65 Years of Constructivist Wood" en la galería Cecilia Buzio de Torres (New York, USA) y "Pintura Constructivista" en el Museo Mazzoni (Maldonado, Uruguay).
1996- "El Universalismo Constructivo y la Escuela del Sur" en el Museo de las Américas de la O.E.A. (Washington D.C., USA). "Le Cercle de Torres García" en la galerie Zabrieskie (París, Francia). "J. Torres García His School and the Material Fact" en galería Praxis International (New York, USA). "The Still Life" en galería Cecilia Buzio de Torres (New York, USA). "La Colección Constantini en el Museo Nacional de Bellas Artes (Buenos Aires, Argentina). "Colección Constantini" en el Museo Nacional de Artes Visuales (Montevideo, Uruguay). "Monteivdoe y La Plática" en el Museo Torres García (Montevideo, Uruguay).
1997- "La Escuela del Sur" en el Museo del Banco Central de Costa Rica (San José, Costa Rica). "Torres García y 10 Artistas del Taller" en la galería Ruth Benzacar (Buenos Aires, Argentina). "La Colección Maslach, Visión de una Poética Constructiva y el Universalismo Constructivo" en el Museo de Bellas Artes (Caracas, Venezuela). "La Escuela del Sur" en galería Arte y Espacio (Santiago de Chile, Chile). "Vertiente Constructivista" en la Bienal del Mercosur (Porto Alegre, Brasil). "De Puertos, Barcos y Pintores" en la Fundación Buquebus (Montevideo, Uruguay). "A Escola do Sul" en el Pavilhao Cultural René Behar (Sao Paulo, Brasil).
1998- "The School of the South: El Taller Torres García" en galería Anderson (Búfalo, USA). "La Escuela del Sur" en galería Renoir (Buenos Aires, Argentina). "The School of the South" en galería Iturralde Los Angeles (California, USA). "El Taller Torres García" en Sala Dalmau (Barcelona, España). "La Colección Eduardo Constantini" en el Museo de Arte Moderno de Sao Paulo (Brasil) y luego en el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro (Brasil).
1999- "11 Maestros del Taller Torres García" en galería Gustavo Tejería (Punta del Este, Uruguay). "Bodegones del Sur" en galería Sur (Punta del Este, Uruguay). "Joaquín Torres García, Armonías y Resonancias" en la Biblioteca Luis Angel Arango (Bogotá, Colombia). "América: de las Vanguardias al Fin del Milenio" en el Centro Cultural Culturgest (Lisboa, Portugal). "El Taller Torres García y su Legado" en Fundación La Caixa (Madrid, España). "Claves del Arte Latinoamericano, Colección Constantini" en la Funación La Caixa (Madrid, España). "Latin American Still Life: Relections of Time and Place" en el Museo Kantonah de Whechester (New York, USA) y "Homenaje al lápiz" en el Museo José Luis Cuevas (México D.F., México).
2000- "Latin American Sitll Life: Relections of Time an Place" en el Museo del Barrio (New York, USA).
2001- "Entremundos: Jewish Artists of Latin America" en la Singer Gallery del Mizel Arts Center de Denver (Colorado, USA). "The School of the South" en galería Sicardi de Houston (Texas, USA). "Arte en América Latina" en el Museo MALBA (Buenos Aires, Argentina). "Diálogos" en el Museo Zorrilla (Montevideo, Uruguay) y "El Espejo de los Artistas" en el Museo Nacional de Artes Visuales (Montevideo, Uruguay).
2002- "Modernismo en Montevideo y Buenos Aires" en galería Cecilia Buzio de Torres (New York, USA) en galería Sicardi de Houston (Texas, USA). "L'Atelier de Torres García" en la galería Ileana Bouboulis (París, Francia) y "II Bienal Internacional de Arte de Buenos Aires" en el Museo Nacional de Bellas Artes (Buenos Aires, Argentina).
2006- "Iminarios Prehispánicos en el Arte Uruguayo: 1870-1970" en el Museo de Arte Precolombino e Indígena MAPI (Montevideo, Uruguay).
2007- "Murales del Taller Torres García" en el Museo Gurvich (Montevideo, Uruguay).
"Retrospectiva de José Gurvich en el Museo Nacional de Artes Visuales", Fuente Museo Nacional de Artes Visuales (Uruguay).
Desde el 29 de agosto, en el Museo Nacional de Artes Visuales del Ministerio de Educación y Cultura, se encuentra la exposición retrospectiva que comprende 112 obras del artista José Gurvich (1927-1974).
Nacido en un pequeño pueblo de Lituania, Gurvich llegó al Uruguay con su familia cuando contaba con cinco años de edad. A los quince años entró en la Escuela Nacional de Bellas Artes, donde asistió al curso de José Cúneo. Posteriormente, ingresó en el Taller Torres García, donde llegó a ser docente durante varios años y participó en sus numerosas exposiciones colectivas.
Entre 1954 y 1956 viajó a Europa y a Israel. En ese período realizó su primera y exitosa exposición europea en la Galería San Marco de Roma. En Israel se instaló en un kibutz. Incorporado a la vida comunitaria, se convirtió en pastor y continuó trabajando su obra plástica. A fines de 1956, regresó al Uruguay y se reintegró al Taller Torres García. En 1963 volvió a Israel. Se reencontró con su tarea de pastor, continuó pintando y expuso en la Galería Katz de Tel Aviv. En 1965, nuevamente instalado en Montevideo, se abocó a preparar su gran muestra que tendría lugar en 1967 en la sede de la Comisión Nacional de Bellas Artes, que funcionaba en el edificio ocupado por el Teatro Solís. Esta exposición fue recibida por la crítica con unánime reconocimiento, señalándose a Gurvich como uno de los grandes artistas nacionales.
En noviembre de 1969, nuevamente comenzó un viaje que a la postre, se convertiría en su alejamiento definitivo del Uruguay. Recorrió Israel, Grecia, Italia, España y Francia, países en los cuales trabajó intensamente, hasta que finalmente se radicó en Nueva York, ciudad en la que moriría a la edad de 47 años.
Tomando en cuenta la exposición que se realizara en 1967, esta retrospectiva que se inauguró el 28 de agosto en el Museo Nacional, constituirá, treinta años después, la segunda que se hace de su obra, y mostrará por primera vez de modo sistemático su producción posterior a la que sería su partida definitiva del país. Entre ella hay una parte importante que hasta ahora se ha mantenido inédita para el Uruguay.
"Los Escritos de Gurvich", fuente Fundación José Gurvich.
Los escritos de José Gurvich son reflexiones personales, diálogos íntimos, que pasan al papel como parte del ejercicio reflexivo, de la elaboración vital del artista. Son ideas que surgieron sin ninguna pretensión teorizadora.
Son conceptos que nos permiten acercarnos a su manera de sentir y pensar.
Fueron originalmente anotaciones en hojas de blocks, de cuadernos.
Algunos escritos son parte de bocetos o dibujos.
El devenir de los tiempos no forma categorías, sino cambios. Un pintor en este siglo no está en mejores o peores condiciones que el pasado o en futuro. Una nueva fisonomía en arte es un valor. El valor lo determina el artista, ya sea en un tiempo individualista o anónimo, primitivo o civilizado, pues siempre es un hombre el que realiza el arte y ese hombre artista, es el que en definitiva determina el valor. |
Los cambios en arte, surgen de un inherente modo de ser del hombre, la inquietud interior. Satisfecho esto, o colmada la aventura de lo nuevo, solo queda el valor del arte o sea el modo profundo y significativo del hacer artístico. En pocas palabras, no existe pintura clásica o pintura moderna sólo hay buena o mala pintura. |
Juego puro o invención van juntos, casi yuxtapuestos; las imágenes de mis cuadros son puramente poéticas. Su origen: son vivencias del quehacer plástico. Mi intención: es el libre juego creador. El hombre y las cosas que aparecen son vistos de adentro-afuera. Mi placer máximo es el juego creador, donde surgen la libertad de la imagen y la libertad del espacio. La libertad de la imagen crea la espontaneidad, ya que no hay vigilancias racionales que me detengan a especular, es entonces donde el espacio libre se vuelve un lugar infinito de posibilidades. Así voy tejiendo con inmenso placer esta experiencia. Si hay un espíritu libre, en consecuencia hay un espacio libre. |
El arte no revela la verdad, no está comprometido con la realidad, el arte es una invención del hombre, el hombre se expresa a través de él. La expresión es la forma del sentimiento y la intuición es el camino para llegar al sentimiento donde la razón queda afuera. |
Tengo ciertos cuadros que fueron inspirados en la contemplación de una fruta madura. Contemplando profundamente, viviendo esa imagen plena de un durazno o un tomate empecé a dar en mis cuadros esa plenitud dorada o roja de que estaba llena esa fruta. Plenitud e intensidad. Dejé de razonar para sentir plenamente cada milímetro de la tela, para llenar cada instante plástico de vida y ritmo en un espacio libre e infinito de posibilidades. Las formas aparecen espontáneas sin categorías, sin vigilancia, solitariamente libres, el color explota como una fruta madura de verano y un negro intenso y silencioso aísla las formas para que sus colores suenen sin rivalidad, sin compromisos. Solitarios aparecen forma por forma y juntan cantan una canción escondida largo tiempo en mi. |
El concepto limita, la intuición nos libera. Al filo del concepto asomándose a ese borde, la aventura surgía ante mí, la necesidad de aventura vino de una impostergable inquietud interior. En mi aventura, todo es posible porque todo lo imagino. Para encontrar la vida, tuve que lanzarme al espacio libre con una única esperanza, que en fondo oscuro del espacio, encontrara mi propia voz. Fue entonces que la imaginación corrió desesperada por galerías sin fondo, extrayendo un mundo insospechado, un mundo de aventuras por que el bogo lleno de angustias y alegrías, lleno de voces que cantan la canción de "siempre todavía" con ecos, formas y colores. |
Reconocer mi propio estilo es como tratar de reconocer mi propias voz. Solo puedo dar testimonio de mi autenticidad en el caminar y que como estoy viviendo y me busco día a día siempre caminando solo por el camino hecho se sabrá del hombre. |
También las estrellas tienen su canción, lo pájaros, las flores. Caminar no es avanzar, caminar no tiene otro fin que seguir viviendo, y para que mis cuadros vivan solo necesito que el público los recree y participe viviéndolos. |
Para mi no hay en la tela puntos más importantes que otros, no hay jerarquías, trato de dar vida milímetro a milímetro. |
Bibliografía en Diarios y Revistas:
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"José Gurvich: La creación como un fuego devorador", por Daniel Rovira Alhers.
A 30 años del fallecimiento del pintor lituano-uruguayo
Al volver a su casa, el joven Martín fue directamente a la habitación donde trabajaba su padre. Allí, la escena lo paralizó. Ese día iba a quedar marcado para siempre en la memoria del niño de 11 años. En la tela en que trabajaba aún se podía percibir el trazo final, fulminante, eternamente inacabado. Finalmente, al pie de la pintura, en el piso, seguramente rodeado de colores expulsados de su paleta, se encontraba el cuerpo sin vida del pintor José Gurvich.
De esta manera recuerda Martín, hijo del pintor, esa jornada de hace 30 años atrás que resultó la última. El día en que su corazón le dijo “basta” al fervor y la fiebre creativa que lo había devorado desde que frecuentó el taller del “viejo loco” Torres García, como muchos le decían al maestro y su puso a pintar sin parar.
Sólo 47 años duró su vida, pero la obra que dejó bien podría ser la de un pintor que hubiera llegado a la madurez biológica y creativa. En su caso, ésta última amasada, alcanzada y superada con extenuantes jornadas donde el descanso apenas ocupaba un lugar en su jornada.
El fallecimiento ocurrió muy lejos de su Montevideo de adopción y de su Cerro querido; fue en Nueva York el 24 de junio de 1974; allí vivía el pintor con su esposa, Julia Añorga –Toto para los amigos – y su hijo desde que regresaron de Israel.
La cosmovisión del artista
Gurvich fue un pintor casi trashumante. En su corta vida realizó varios viajes que le ayudaron a comprender como él decía, el hecho creativo en su mayor profundidad. En Europa visitó España, Italia, Grecia, en Israel estuvo en más de una ocasión practicando actividades tan alejadas de la plástica como puede ser la de pastor de ovejas, y desde 1971 Estados Unidos, Nueva York, la gran metrópolis que le obligó un ajuste interior y trastocar el bucólico Cerro montevideano y el arenoso desierto de Israel, por el hormigón y el plástico.
En esa tarea se encontraba cuando lo sorprendió la muerte, reelaborando con los nuevos materiales circundantes, la creación, el hecho artístico.
Su vida había comenzado en la lejana Lituania en 1927. Con sólo cinco años, su familia de origen judío desembarcó en Montevideo y su pasión por la plástica tiene una primera etapa cuando ingresó en la Escuela Nacional de Bellas Artes donde toma clases con el pintor José Cúneo. También estudió música y en particular el violín. Pero es con su acercamiento al Taller Torres García (TTG) que en el joven Gurvich, se despierta la pasión, el fuego creativo que lo “llevará de la mano” como decía, por el camino de la creación plástica.
En ese sendero, Gurvich no se privó de ninguna de las tentaciones y desafíos. Su cosmovisión plástica, lo llevó a transitar por regiones diferentes de la materialización creativa tales como realizar escenografías para teatro, intervenciones decorativas y arquitectónicas, un profundo conocimiento y frecuentación de la cerámica como lenguaje expresivo del que supo extraer maravillas como las que se presentaron en el Subte Municipal en la exposición de setiembre de 2003, pero fue en la pintura donde el escenario fue el mundo, donde los límites no existieron, donde su expresión fue múltiple.
El legado constructivo
Su esposa Julia Añorga, tiene presente la naturaleza de la relación que Gurvich establecía con el arte: “siempre la pintura fue para él una pasión, una entrega, una entrega total. Sin ninguna concesión. Necesitaba estar pintando, estar creando.” Pero también fue testigo de las variedades de materiales que empleaba; permanentemente estaba “volcándose en una tela, jugar, jugar con materiales, ya sea madera, o cuentas, con encajes, con pedacitos de tela, con pedacitos de terciopelo, espejitos, y así creaba mundos fantásticos”.
También Gurvich tenía conciencia de que papel debía jugar en la vida, qué lugar ocupaba ese “puro juego creador. La creación o la obra de arte para él era una cosa íntima, era volcarse sobre el objeto o la tela que estaba trabajando. Un actitud intensa, profundamente intensa. Y de una gran rapidez para trabajar”, dijo Añorga. Estos son los elementos claves para comprender el proceso que operaba el pintor a la hora de plantearse el hecho creativo: intuición, intensidad, y rapidez. Sin esta combinación de elementos que pocas veces se los encuentra reunidos, no se puede comprender la multiplicidad de la obra de Gurvich, pero tampoco su importancia; ya que también tenía -y lo señala su viuda -,“una profundidad de pensamiento, y de percepción”.
Los períodos por los que transitó con la pintura, son como los caminos que el hombre va recorriendo a lo largo de su vida; distintos e iguales a la vez. Gurvich antes de ingresar al TTG hacía una pintura diferente. Su amigo, el periodista Niko Schvarz, afirmó que “tenía una paleta vangoghiana, la pasión por la luz y el color”. Pero a medida que el joven pintor recibía la enseñanza constructivista del taller “contemplé con tristeza cómo su paleta se agrisaba completamente”, admitió.
Por su parte, Añorga destacó “de manera muy general: la época del TTG y la época posterior”. En el primer período se encuentran los “planos, color y líneas; el del retrato, el del paisaje, el paisaje de la chacra, los bodegones, los cafés, muchos paisajes urbanos. La calles de Montevideo le atraían muchísimo”.
El legado que le enseñó Joaquín Torres García, el manejo de lo constructivo “le sirvió, sobre todo en las épocas posteriores. Cuando se habla de la liberación y de esas figuras flotantes, que aparentemente están flotando, pero detrás de eso está la sección áurea y está la ortogonal que Torres usaba. Siempre me decía que tenía el compás en el ojo, de tanto constructivismo que había hecho”.
Cuando viajó a Israel en 1964, se produce “lo que generalmente la gente le gusta llamar ‘el despegue’ de Gurvich, comienza hacer paisajes del kibutz pero de tipo constructivo, de una construcción más bien cortada, no tan ortodoxa, como desajustada”, pero a su vez, “los personajes empiezan a volar; pero es porque no emplea la línea ortogonal, ya deja la ortogonal; está escondida”, dijo Añorga.
Ya de regreso en Montevideo, es que “prueba a hacer en el óleo figuras a las que todo el mundo incluye en lo que denominan ‘la época del kibutz’, el período de las cosas volando y flotando”.
Pintaba como músico
El pintor y docente Guillermo Fernández se acercó al TTG en 1950, cuando hacía cinco que Gurvich trabaja junto al maestro. Para Fernández, la disposición, el armado de la concepción del trabajo de su colega, era propio de una persona que tenía conocimientos musicales. Gurvich había estudiado música y violín durante un tiempo de manera sistemática y en esa época, aún algún amigo llegó a tener la ocasión de escucharlo tocar ese instrumento. Pero seguramente por esa dualidad es que se explica Fernández la forma de ‘pararse’ Gurvich frente al trabajo creativo.
“El funcionaba – de alguna manera- como si fuera un músico que sabe contrapunto, canon y sabe las formas y las conoce con una claridad absoluta. Quiere decir que el peso de un color, es decir, la materia de un color, la tenía digitada, definida, de modo que variaba los temas o las motivaciones, pero siempre tenía un repertorio de ordenamiento que iba moviendo. En eso era muy diferente a todos los demás. Era único”, afirmó Fernández.
Además del talento, Fernández destacó que Gurvich tenía “ideas gráficas, las ideas del orden, las tenía estatuidas con gran claridad y con la posibilidad de variar. Entonces podía, perfectamente bien, expresarse de formas muy diferentes, y tener para esas formas, ‘hilos’ que le daban la unidad. En eso, para mí, era el más inteligente de los que conocí, porque los demás trabajaban de una manera más empastada, más psicológica. Él era como el hombre que dirige la orquesta, hace entrar las notas, los instrumentos, arma la música; si en la partitura viene: gran sinfonía, gran sinfonía, si viene guitarra sola... guitarra sola”.
Amigo en Nueva York
Uno de los nombres entrañables y venerados de la etapa anterior a la formación del TTG, Julio Alpuy, estuvo muy cerca de Gurvich en la primera época y al final de su vida. Alpuy ingresó en 1941, - cuatro años antes que él- al círculo de artistas que seguían a Torres García y permaneció junto al maestro hasta fines de los 50’. Años después, durante la época en que Gurvich se trasladó a Nueva York; éste que ya hacía varios años que se había radicado en esa ciudad, se reencuentra con él.
Alpuy recuerda que en Nueva York (NY) “los artistas no cambian ideas sobre arte, hablan de negocios”. En esos tiempos “era una soledad tremenda, no podía hablar con nadie ni consultar a nadie. Cuando llegó Gurvich, fue maravilloso”.
Gurvich “no tenía la menor idea de quedarse aquí NY. Claro, nunca había visto esto, cuando lo hizo, se volvió loco: yo de aquí no me voy. Y no se fue. Y empezó a pintar todo ese mundo que hizo; ¡las maravillas que hizo!”, dijo Alpuy sobre su amigo, y se preguntó: “¿Qué hubiera hecho si siguiera viviendo...?”.
Profesor y artista de vanguardia
Desde muy joven, Gurvich demostró actitudes para la docencia del arte plástico. A poco de haber llegado, le fueron confiadas por Torres García, clases de pintura y pasado el tiempo, esa actividad la alternó con la de la creación misma. Fueron por cierto, varios los alumnos que tuvo a lo largo de más 20 años de docencia. Uno de ellos fue el arquitecto y artista plástico, Rafael Lorente.
Lorente llegó a tomar clases cuando todavía estaba el TTG abierto y funcionando. Uno año después, en 1962, José Gurvich abandona lo que quedaba del taller y se instala con sus alumnos en la casa donde vivía en el Cerro. Allí continuará su aprendizaje.
La diversidad y simultaneidad con que su maestro trabajaba, han dejado en el recuerdo de Lorente, imagines muy rotundas de esa actividad. Gurvich en esa casa “tenía un caballete donde desarrollaba una naturaleza muerta, simultáneamente, en otro caballete había un dibujo, que podía ser de una modelo, o también una naturaleza muerta; luego tenía su mesa de trabajo donde había uno o dos álbumes de dibujos en los que él hacía propuestas, las dibujaba, obras de pequeño formato, a la acuarela, lápiz, tinta, todas las técnicas; asimismo, tenía el horno de cerámica, y allí tenía su trabajo con el barro... Quiero decir que tenía varios proyectos a la vez en la cabeza”.
La actitud del profesor Gurvich hacia el alumno, era la de “un individuo que exigía mucho pero que dejaba mucha libertad. Él iba atrás del interés del alumno”, señaló Lorente.
En su condición de discípulo, Lorente pudo visualizar el sentido que la palabra artista encerraba para Gurvich, “todas las actividades que realizaba alimentaban una idea central que era ‘La Creación’, era un creador, estaba permanentemente pensado en concretar proyectos, obras... más allá de los lenguajes que utilizaba, en cada uno de ellos iba dando su impronta, su manera de ver las cosas, de sentir las cosas en relación con el mundo y su gente, y para ello utilizaba cualquier lenguaje, era multifacético”.
Lorente destacó que la obra de Gurvich se debe incluir entre las de “gran jerarquía y su actitud, que es removedora, de permanente ruptura, de búsqueda de romper límites”.
Si fuera posible trazar un perspectiva hipotética sobre los pasos futuros del pintor, si la muerte no se hubiera interpuesto, Lorente se atrevió afirmar que “su arte hubiera evolucionado al ritmo de los cambios que se han dado hacia finales del siglo XX; hubiera sido un artista de vanguardia”, incluso señaló: “era un espíritu de una enorme inquietud y de una gran intuición hacia adelante; no era un artista convencional, su búsqueda y su trabajo eran incesantes”; al igual que la llama que lo abraza todo, de esa manera su vida fue tomada por su obra, hasta lo último.
"Gurvich en San Pablo", Diario El País (Fuente: El País Digital).
LA RETROSPECTIVA SOBRE EL ARTISTA ABRIO EL CALENDARIO DE EXPOSICIONES DEL MEMORIAL DE AMERICA LATINA
Gurvich en San Pablo
La muestra itinerante sobre el maestro uruguayo continuará por México y los Estados Unidos.
GURVICH. Tapa del libro dedicado a la obra de este artista |
Quedó inaugurada la retrospectiva de José Gurvich en el Memorial de América Latina de San Pablo. Se trata de un acontecimiento artístico que reúne cerca de cien obras del maestro uruguayo. Con el título José Gurvich--una canción de vida, la muestra permanecerá abierta hasta el 9 de abril. Está auspiciada por El País y tiene patrocinios del Ministerio de Relaciones Exteriores del Uruguay, del Consulado General del Uruguay en San Pablo, del Fundo Nacional da Cultura del Ministerio de Cultura de Brasil, del Gobierno del Estado de San Pablo y de su Secretaría de Cultura.
Esta es la mayor exposición de Gurvich presentada fuera de Uruguay y la primera de este tipo a realizarse en Brasil. Reúne óleos y temperas, representando las etapas y los temas más importantes de su producción artística realizada entre 1947 e 1974. La mayoría de las obras proviene de colecciones privadas, que fueron reunidas por la crítica y curadora Alicia Haber, contando en la organización general con el gestor cultural Miguel Frías, de Argentina. La exposición es itinerante: después de San Pablo partirá hacia el Museo Cuevas de México y al Museo de Arte Latinoamericano de Los Angeles, dentro del año 2000, para luego proseguir con otros itinerarios en el 2001.
José Gurvich está considerado como uno de los más significativos representantes de la creatividad uruguaya y latinoamericana de la segunda mitad del siglo XX y perteneció a la Escuela del Sur fundada por Joaquín Torres García, para luego desarrollar un lenguaje idiosincrásico a partir de los años 60.
Fue una personalidad muy porosa que se abrió a otros lenguajes y legados como los del Bosco, Brueghel, Chagall, Cúneo, Miró, Goya y que dialogó con otras disciplinas como el teatro, la música y la literatura sin dejar de lado el legado torresgarciano. Asimismo, tuvieron una enorme influencia en el desarrollo de su lenguaje sus estadas en Israel y su retorno a las raíces judías.
EN BRASIL. Con este texto presenta el Memorial a la muestra: "La exposición es fruto de un mestizaje cultural pródigo y auténtico. Es el canto a la vida, es un mensaje nostálgico, fervoroso y humano de José Gurvich, el hombre, el artista, el inmigrante que eligió mil patrias". La Fundación considera que este es "un verdadero proyecto cultural del Mercosur para aproximar artistas y artes de nuestros países".
A la entrada de la sala de exposiciones recibe al visitante un texto de Haber: "A partir de su descubrimiento de otras fuentes iconográficas en sus viajes a Europa y a Israel y de su retorno a las fuentes judías, sumados a su interés por la vida rural, las lecturas esotéricas, su amor por la esencia de lo orgánico, su atracción hacia la espiral de la vida y al fluir vital, Gurvich buceó en su imaginación y se entregó con lírica sensibilidad a las "escondidas reglas" de su espíritu para desarrollar un lenguaje propio... Miró simultáneamente el pasado y el presente, recogió la herencia de Torres García, de Klee y de Chagall y es fuerte en su obra la impronta de Brueghel y El Bosco. Se esforzó por no dejar de lado la armonía y las intrincadas vinculaciones que deseaba establecer entre libre juego creador, disciplina, inmediatez, intuición, irracionalidad, racionalidad, imaginación, lo absurdo, la libertad y orden".
En cada país, la exposición es acompañada por un libro de 256 páginas escrito por Haber, con fotos de Testoni Studios, 80 ilustraciones a color a toda página y numerosos dibujos en blanco y negro, una biografía a cargo de Martín Gurvich y una extensa bibliografía. Fue diseñado por Yehudit Ben Dosa y Martín Gurvich y fue publicado en Bélgica en tres versiones: español, inglés y portugués. Cada una cuenta con prólogos correspondientes al país expositor. La edición uruguaya fue prologada por el arquitecto Mariano Arana, la editada en portugués tiene una introducción del presidente del Memorial, la mexicana tiene un prefacio escrito por su directora y la del Molaa de Los Angeles por su director. Asimismo se publica una edición especial en inglés con prólogo del reconocido experto, Dr. Edward J. Sullivan, director del Departamento de Arte de la Universidad de Nueva York (NYU). En el Uruguay el libro ya se encuentra en diversas librerías y lo distribuye Libertad-Libros.
"Gurvich o el Universalismo", por Hugo García Robles (Uruguay, 1995).
Con apenas cuarenta y siete años de edad, Gurvich dejó una obra inmensa en calidad y extensión, pero nadie podía medir cuánto más no habría creado con su espíritu incansable. Fue un artista de la especia que caracterizó el Renacimiento.
Un hombre culto, conocedor de literatura, de música y, por supuesto, un erudito en los tramos de la pintura que le interesaron.
Gurvich era un conversador mesurado e intenso a la vez.
Como aparece en sus reflexiones escritas, no renunciaba a ninguno de los resortes del conocimiento. Se notaba en él la necesidad e ser claro y comprensible. Elegía ejemplos didácticos que ayudaran al interlocutor a comprender mejor el sentido de sus palabras. Recuerdo muy bien que la música aparecía en nuestras conversaciones. Quizá porque sabía de mi vocación en esa rama del arte, lo que se sumaba a su propio interés. De modo que muy a menudo la explicación de un plano cromático vibrado con determinado recurso era traducido por él en términos musicales. Un plano de color con acentos era como un trino, o un trémolo, ejemplos que en efecto usó ante la obra sobre la cual dejaba correr, para el amigo, la beneficiosa charla.
Para Gurvich, no obstante la enorme pasión que la plástica desarrolló en él, el arte era un cosmos con muchos vasos comunicantes. Se le veía consciente de las conexiones que atan y, a la vez, distinguen el poema de un grabado, la pieza de cerámica de un soneto. Pero nunca perdió contacto con la visión ecuménica, que convertía el ejercicio del arte en una emocionante travesía humana. Los sentimientos le importaban cuando hablaba del pecho o del corazón del hombre, era en efecto, la más profunda afectividad del eje de su apreciación.
Circunstancia que nunca dejó de maravillarme: tanta capacidad emotiva en un artista con no menor carga intelectual y un rigor compositivo que se abre paso en la menor de sus tentativas plásticas.
Conservo de Gurvich una memoria preciosa. Recuerdo la gran muestra en el salón de la Comisión Nacional de Bellas Artes en 1967, en el Solís; recupero las formidables cerámicas, abigarradas y minuciosas como un Bosco, sin monstruos. La sensación de humanidad sin límites en algunas telas, donde la multiplicación de los personajes parecía un canto a los hombres, habla de un universalismo mas radical que el constructivo.
Allí reside, en mi opinión, el dato esencial de la personalidad creadora del maestro: durante la permanencia en Israel o cuando contemplaba la bahía de Montevideo desde su casa en el Cerro, ejercía una idéntica cosmovisión. Sus escenas del kibutz, tan íntimamente tejidas de religiosidad judía, son hermanas de las obras que tuvieron como motivo otro escenario, otra cultura.
Un café y sus parroquianos rioplatenses, una calle de la Ciudad Vieja montevideana no eran radicalmente distintos del paisaje palestino. Un alma ancha como el hombre, la de Gurvich, trasmutaba los rasgos locales, todo asomo de pintoresquismo, en una noble sustancia que celebra la vida.
"José Gurvich", por Alejandra Villasmil "Arte al Día" (Argentina).
The Americas Society, New York
Para celebrar la primera retrospectiva de José Gurvich en Nueva York, los curadores Cecilia de Torres y la Fundación José Gurvich, en Uruguay, se enfocan en la herencia judía del artista y su relación con el desarrollo del constructivismo. La exposición agrupa pinturas pastorales realizadas en Israel, su serie desarrollada en Nueva York, piezas al estilo “collages colgantes”, relieves y objetos de barro que reflejan sus orígenes e influencias diversas, desde la vibrante vida urbana neoyorquina a la tranquilidad rural de Uruguay e Israel. La mezcla de culturas y experiencias en diversos países derivó en un peculiar lenguaje que combina la vanguardia europea con el arte precolombino y la imaginería folclórica. Gurvich nació en Lituania en 1927 y tenía sólo seis años de edad cuando emigró con su familia a Uruguay. En 1945, se unió al Taller de Joaquín Torres-García pero, tras la muerte de su maestro, se dedicó a viajar extensamente por Europa. Visitó Israel varias veces trabajando como pastor en un “kibbutz”, o comuna israelí. En 1970 se mudó a Nueva York, donde murió cuatro años más tarde, a los 47 años de edad y en la cúspide de su creatividad. |