Tirzah Ribeiro nace en Riberão Preto (São Paulo-Brasil). Estudia en Río de Janeiro, donde completa su licenciatura en letras. Inicia sus estudios de pintura y dibujo en Montevideo, donde ha hecho nueve exposiciones individuales, además de participar en varias muestras colectivas. Su otra actividad artística es la escritura, con tres libros publicados (dos de poesía y uno de cuentos) y prosas poéticas (una novela, crónicas, obras teatrales), aún inéditas, en portugués, su obra de origen. Es una de las más importantes y polifacéticas artistas que conocemos. Su vitalidad creadora la empuja a emprender las más disímiles expresiones literarias y pictóricas. En su afán de desentrañar el alma de los colores y de los temas, puede con pocos trazos, alterar incluso y transformar una obra que a ojos vista parecería terminada. En su búsqueda permanente de elementos de creación, encuentra rastros en los rascacielos de la poesía y sucumbe también de fe, ante los motivos de una crónica. Revisa y vuelve a reconstuir frases y palabras hasta el detalle más pequeño y nunca cesa en su empeño de adivinarse en cada texto.

“La abstracción de Tirzah Ribeiro, es indudable que, dentro de tal categoría, es una pintura fuerte.  Que entronca decididamente en la sugerencia del abstracto.  Del plano contaminado por ese sabor del tono nacido de la intensidad del color.  Que no espera finuras, sino plasma entero en su zona.  Ejerce el dominio del espacio con segura firmeza en sus trazas.  La ejecución es limpia, neta, sin recurrir a medias tintas.  Trabaja con la materia gruesa, desbordante, que se destaca a la distancia en su verdadera misión, de sugestión.  De contraste e impacto en la luz.  Sus cuadros mantienen un equilibrio en su valor.  Es una verdadera serie sobre la motivación creada en la “teoría del espacio lleno de color”, con un sentido pictórico elocuente”.

“Cree el vulgo que es cosa fácil huir de la realidad, cuando es lo más difícil del mundo.  Es fácil decir o pintar una cosa que carezca por completo de sentido, que sea ininteligible o nula:  bastaría con enfilar palabras sin nexo, o trazar rayas al azar.  Pero lograr construir algo que no sea copia de lo “natural” y que sin embargo posea alguna sustantividad, implica el don más sublime”.

“Cada cosa es una relación entre varias.  Pintar bien una cosa no será, pues, según suponíamos, tan sencilla labor como copiarla;  es preciso averiguar de antemano la fórmula de su relación con las demás, es decir, su significado, su valor”.

“Un cuadro es tanto más perfecto cuanto más referencia haga cada centímetro cuadrado del lienzo al resto de él”. 

“Un cuadro ha de ser en toda su profundidad pintura;  las ideas que nos sugiere han de ser colores, formas, luz, lo pintado ha de ser vida”.

Cada cuadro es la expresión de nuestro mar interior, confiesa Tirzah Ribeiro en la Galería Portón de San Pedro, donde está abierta la reciente muestra de su última obra.

La artista nacida en Riberao Preto (San Pablo, Brasil), pero con larga radicación en nuestro país tras vivir dos años en Barcelona (España), reconoce que, pictóricamente hablando, su formación la debe a la plástica uruguaya y reconoce entres sus maestros a Edgardo Ribeiro y Bernasconi. Con éste, dice, logré aclarar conceptos fundamentales para esta evolución para llegar a este plano actual de la expresión pictórica: la abstracción, que considero la esencia de la pintura. Tirzah agrega que: El color y el dibujo se fundieron de manera tan esencial, que el dibujo se hizo forma, forma interna. Es decir que lentamente, naturalmente su pintura fue desplazándose hacia la abstracción, tras inicios torresgarcianos y una posterior etapa de exaltación colorista, anulando el dibujo estático en los terrenos del expresionismo. Desde ahí deriva hacia la abstracción. Aunque confiese que nunca pensó que su pintura tendría tal ciclo: Pero me siento feliz, acepta, porque antes el dibujo me ataba y pintar, en cierta forma, era un sacrificio. Ahora en cambio, es un placer, siento como si me hubiera liberado, soltado, dando rienda suelta a la imaginación.

Tirzah Ribeiro, que es Licenciada en Letras y Literatura, y catedrática de Portugués en el curso de Traductorado Público de la Facultad de Derecho en nuestro país, ha incursionado en la poesía y ha puesto punto final a su libro. Pero en este momento, confiesa, estoy en la dimensión de la pintura y las palabras se han ido. No puedo cultivar al mismo tiempo la pintura y la poesía. Ahora me manejo con colores; en el obro caso, me persiguen las palabras, que son las que dan forma y sentido a la idea, al pensamiento, y elaboran la poesía. Pero siento que una y otra son la misma cosa.

TIrzah Ribeiro, que entre sus preferencias señala a García Reino, Bernasconi y Vicente Martín entre otros, dará a conocer más de veinte obras, todas de 1980. La misma será luego exhibida en Brasil, su tierra natal, aunque ella confiesa: Me pones más nerviosa exhibir aquí mis obras, porque es donde vivo, donde resido desde hace muchos años, donde nacieron mis hijos y donde me forme pictóricamente.

Sus incursiones en la más pura abstracción, en los mares interiores, están en Porton de San Pedro, abiertas a la admiración.

Muy lejos de sus primeros estudios en el “Taller Ribeiro”, Tirzah Ribeiro toma otras latitudes pictóricas para lograr desprenderse de una visión naturalista.

Y aunque cambia de Taller sustenta en la muestra que exhibe en el “Portón de San Pedro” una “informal” caligrafía pictórica, de la que toma respaldo en una cambiante manera de establecer el ritmo en movimiento. Sus manchas, que generan armonías en azul, verdes, y otros colores luminosos, tienen en un cuadro en ocres la vital permanencia de una personalidad más definida y mejor plasmada en cuanto a dicha obra se refiere.

Quiere decir que apela con más calidad en este cuadro que en algunos que limita sus posibilidades por amanerar en parte su contenido.

También es justo resaltar que la temática alterna y que la “mancha” no se familiariza con todos sus elementos sino que va encaminándose con suelto pincelar a la ejecutoria rica, felíz y ligera de sus transparencias.

Una visión de fantasía promueve un impacto cromático eficaz en su fina tendencia para resolverlo.

Tirzah vivió en Río de Janeiro hasta 1954. Nacida en Brasil (Ribeirao Preto) se trasladó  a Uruguay donde reside actualmente.

También concurre al Taller de Bernasconi. Su evolución ha sido por demás interesante. Desde aquellos primeros trabajos trata la pintura como espacio y color, adoptando un criterio más abstracto y colorista.

Una muestra que encamina en su secuencia a una versión de serie, que deja sentada su particular forma de tomar la idea plástica y su solución.

Tirzah Ribeiro, pintora brasileña exhibe en Galería Portón de San Pedro.

De la calidad, del tono que muestra en un retrato que sustenta la valoración Torresgarciana en sus ocres y medida composición, pasa a la exaltación colorista, en que anula en parte ese dibujo estático y formal de su anterior etapa, para volcar libremente una sensación expresionista.

Sus verdes intensos, con amarillo casi en los contornos, la composición insistiendo en una búsqueda con perfiles abstractos, renuevan el motivo por ese lenguaje suelto en el cual muchas veces deja el impulso y cede ante una compensación estática.

Una muestra que concita interés por esa instancia interpretativa, y que mantiene vivos los colores para descifrar una temperamental forma de solución plástica.